sábado, 29 de junio de 2013

De todos los conceptos creados desde la positividad de la economía neoliberal, el concepto de crecimiento económico como base del desarrollo social es, de hecho, uno de los que más connotaciones simbólicas y políticas posee. Es un concepto hecho a la medida de las ilusiones y utopías del neoliberalismo y del capitalismo tardío. Con la misma fuerza que el creyente cree en la epifanía de la voluntad divina, el economista neoliberal, cree en las atribuciones y virtudes mágicas que tiene el crecimiento económico. Es una especie de demonomancia en la que la sola enunciación del crecimiento económico se convertiría en taumaturgo de la realidad.
Esta noción del crecimiento económico recupera las necesidades políticas del neoliberalismo, y, para legitimarse, apela al concepto decimonono e iluminista del “progreso”. En efecto, desde esta perspectiva el crecimiento económico sería otro símbolo de progreso y éste, por definición, no admite discusiones. De esta manera, el neoliberalismo pretende tejer una solución de continuidad histórica con el iluminismo y con las promesas emancipadoras de la modernidad. En la simbólica moderna, toda persona, o todo pueblo, al menos teóricamente, quiere progresar, quiere “salir adelante”; quiere “superarse”. Para el neoliberalismo, poner trabas al progreso es ser retardatoria. Poner trabas al crecimiento es una aberración de los pueblos “atrasados” que, de forma imperativa, deben modernizarse. Oponerse al desarrollo, por tanto, es anti histórico. Estar en contra del crecimiento económico es síntoma y signo de oposición al cambio.
El sumak kawsay viene a ser una noción crítica del desarrollo convencional  entendida como crecimiento económico. El sumak Kawsay no solo es una  propuesta cultural andina, sino también una estrategia social y política. Se puede  ubicar al Sumak Kawsay como una propuesta teórica y política enmarcada en el  post-desarrollo.  El sumak Kawsay no solo es una crítica sino una propuesta de desarrollo de gran  calado, de mucha complejidad y que no se agota en una visión de corto plazo  El debate actual de las ciencias sociales se relaciona fundamentalmente con el  encuentro de opciones que vayan más allá del desarrollo, con la necesidad de  salir de la ideología del progreso (Escobar, 2005), con la necesidad de buscar  alternativas multidimensionales del bienestar  Un reconocido autor español afirma que: el progreso económico medido como  incremento de PIB nos lleva a un mal vivir 

SUMAK KAWSAY

El Sumak kawsay en español: buen vivir es un modelo o forma de vida que promueve relaciones más sustentables con la naturaleza y menos consumistas, que constituye una opción ante el modelo desarrollado del "vivir mejor" El concepto proviene del quechua, forma parte de las culturas indígenas del centro de Sudamérica y está presente de forma similar entre los aymará como suma gamaña y entre los guaraníes. En su significado original, Sumak hace referencia a la realización ideal y hermosa del planeta, mientras que Kawsay significa "vida", una vida digna en plenitud.

El sumak kawsay considera a las personas parte de una comunidad humana, la cual es un elemento de la Pachamama o Madre Tierra. Así, a diferencia de otros paradigmas el buen vivir  busca el equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades  sobre el mero crecimiento económico; es decir, una forma de vida más digna y más apegada a la vida, inspirada en los valores tradicionales indígenas.


De acuerdo con el Plan Nacional del Buen Vivir para la República del Ecuador (2009-2013), los elementos que lo constituyen son:
a) la satisfacción de las necesidades
b) calidad de vida
c) muerte digna
d) amar y ser amado
e) florecimiento saludable de todos en armonía con la naturaleza
f) prolongación indefinida de las culturas
g) tiempo libre para la contemplación
h) la emancipación y ampliación de las libertades



El buen vivir propone un modelo de vida mucho más justo para todos/as. El buen vivir es en cambio, muchísimo más equitativo. En vez de propugnar el crecimiento continuo, busca lograr un sistema desde la  estructura del Estado que esté en equilibrio. En lugar de atenerse casi exclusivamente en datos referentes al Producto Interior Bruto (PIB) u otros indicadores económicos, el buen vivir se guía por conseguir y asegurar los mínimos indispensables, lo suficiente, para que la población pueda llevar una vida simple y modesta, pero digna y feliz. Para que las y los ciudadanos tengan acceso a las mismas oportunidades en las mismas condiciones, sin diferencia, sin discriminación, con equidad de género, equidad generacional, con respeto a pluriculturalidad, se basa en una economía solidaria y no en una economía de mercado.
El Buen Vivir es calidad de vida, donde midamos la riqueza de su población por servicio básicos atendidos, y no como en las políticas neo liberales un estilo de vida que se mide a la pobreza por cuánto dinero tienes, el Sumak Kawsay es el desarrollo más humano en el cual el hombre y la mujeres son su eje de inicio y fin en todo el sistema integral de los medios y modos de producción.